Llega una viejita adorable a la cárcel el día de la visita conyugal y le dice al guardia:
- Señor... yo vengo a la visita conyugal.El guardia asombrado le pregunta:
- Pero señora... ¿con quién?
- Con cualquiera, con cualquiera...
El viejito se está bañando cuando de pronto siente que su pene comienza a endurecerse y llama a su viejita:
- ¡Josefina, Josefina, ven pronto!La viejita va corriendo al baño y cuando ve este espectáculo le dice con emoción al viejito:
- ¿Me desnudo, me desnudo?
- ¡Déjate de pavadas y anda rápido a buscar la cámara para tomarle una foto!
Un viejito se dio cuenta de que su esposa de muchos años se estaba quedando sorda. Llamó a su doctor y sacó un turno para que le hicieran un chequeo del Oído.
El doctor le dijo que podría atenderla en dos semanas, y que mientras tanto el esposo podría hacerle una prueba sencilla e informal para poder darle al médico una idea de la magnitud del problema.
- Esto es lo que quiero que haga: Empiece como a 10 metros de distancia de ella y háblele en voz normal, a ver si lo oye. Si no, acérquese a 8 metros, luego a 6 metros, y así sucesivamente hasta que le conteste.Esa noche ella está en la cocina preparando la cena y él está en la sala y piensa: 'estoy como a 10 metros de distancia, a ver qué pasa...'
- Mi amor, ¿qué hay de cenar?'No hay respuesta. El se acerca como a 8 metros.
- Mi amor, ¿qué hay de cenar?'Nada. Va para el comedor, como a 6 metros.
- Mi amor, qué hay de cenar?'Nada. En la puerta de la cocina, a 4 metros.
- Mi amor, ¿qué hay de cenar?Todavía nada. Entonces se ubica justo detrás de ella.
- Mi amor, ¿qué hay de cenar?'Ella se da vuelta y le grita:
- Por quinta vez, carajo, ¡¡¡POLLO, POOLLOOO!!!
Estaba un viejito sentado en un banco de una plaza, cuando un muchacho se sienta a su lado con todos los pelos parados y teñidos de azul, rojo, y verde. El viejo se queda mirándolo un rato, atónito; hasta que el chico le dice:
- ¡¿Qué te pasa, viejo pelotudo?!. ¿Qué me mirás con esa cara de bolu** nunca hiciste nada loco en tu vida ?A lo que el viejo, sin exaltarse, le contesta:
- Sí, una vez me emborraché y me cogí un loro... Y justamente me preguntaba... ¿No serás mi hijo?
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